La más mujer del mundo
Sonríe como un cómplicebajo el calor suelta sus animales bellos desnudos
indolentes
y recorren la tierra llenándola de ansias de carne
en libertad
ella prepara sus abismos
ninguno la conoce
en la mitad de la noche me despierta la oigo
cómo enciende su furor
y las crepitaciones
de rostros que ella quema lentamente
contra su voluntad
Juan Gelman
8 de Marzo 2023, reflexión de Alejandra Farías.
La más mujer del mundo existe, no es solo una idea.
Ser mujer no necesariamente nos hace fuertes, ni especiales. Nuestra capacidad de engendrar y parir no es algo meritorio… no lo ganamos, así nacimos, sería muy hipócrita jactarnos en un duelo inconducente de calificativos tal o cuál cosa que tenemos por naturaleza, de forma completa o no.
La más mujer del mundo no es una mujer ni todas las mujeres. Es la que lucha, sola o en marea por lo que de verdad es justo, además de fríamente lógico.
Empoderarnos quiere decir que respiramos el mismo aire que el mundo entero, que nos cansamos, que no siempre somos felices con lo que tenemos, con lo que somos, con la apariencia que nos devuelve el espejo.
Quiere decir que mi papá no sabe más de mi que yo, ni tiene porqué saberlo. Yo lo sé, y eso basta.
Sé que no voy a pedir permiso para amar y que nadie va a estipular a quién tengo que amar. Mi cuerpo es mío, lo siento, me duele, me hace libre y feliz, solo a mi me atañe, entonces yo decido sobre mi cuerpo.
Yo voy por la vida con mi apariencia, ¿quién cree que es alguien para emitir un juicio que nadie pide?
Cuánto tengo que pesar, que no hay talle para mí, que mi pelo es mío, mi forma de amar es mía, elijo mis batallas y me lleno de nobles odios. Esos que enaltecen.
Si te digo que no es que no, y si me matás otras vendrán, empoderadas.
No tengo por qué tener hijos para llamarme mujer, y si elijo traer un hijo a este mundo, aunque me cueste la vida, es mi decisión y no permito ningún cuestionamiento.
Soy yo, y un día nos encontramos todas en un mar en el que de ninguna manera nos vamos a ahogar.
No quiero que me digan que hacer porque estoy haciendo algo que no me llena el bolsillo ni la panza, y que nadie se agrega a insinuar que es amor, es trabajo no pago.
No necesitamos que nos valoren ni feliciten, sabemos cuánto valemos, y el que no lo sepa, que se vaya enterando porque así son las cosas.
Aún no hemos logrado que dejen de matarnos, de golpearnos, algunas lloramos en silencio porque el miedo nos consume.
Te tendemos millones de manos, decí basta y rompé esas cadenas. La marea rebosa de conquistas, no es que haya sido fácil. No nos cansamos, no nos rendimos, vamos cuántas veces haya que ir para lograr lo que queremos lograr. No es ninguna locura, nada complejo ni caprichoso. Queremos usar los derechos que tenemos, nada más.
La marea es verde y rebosa de energía, no tenemos edad ni sabemos si luchamos para nosotras o para las que vendrán. Eso no importa.
Cada una de nosotras es la más mujer del mundo, va siendo el tiempo de que nadie lo dude.